La contaminación del agua es causada generalmente por actividades humanas. 
Diversas fuentes humanas añaden agentes contaminantes al agua. 
Hay dos clases de fuentes, fuentes puntuales y fuentes difusas. Las fuentes puntuales descargan agentes contaminantes en localizaciones específicas a través de tuberías o de alcantarillas en el agua superficial.
Las fuentes de contaminación difusa son las fuentes que no se pueden localizar en un solo sitio de descarga.
Los ejemplos de fuentes puntuales son: fábricas, plantas de tratamiento de aguas residuales, minas subterráneas, pozos de petróleo, buques de petróleo, etc. 
Los ejemplos de las fuentes de contaminación difusa son: deposición ácida del aire, tráfico, agentes contaminantes que se transportan a través de los ríos y de los agentes contaminantes que entran en el agua a través del agua subterránea. 
La contaminación por fuente difusa es difícil de controlar porque los causantes de ella no pueden ser controlados. 
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